Crear un motor de videojuegos que pequeñas y grandes empresas pudieran utilizar por igual. Un entorno amigable para programadores, artistas y diseñadores que llegase a diferentes plataformas sin obligar a programar el juego específicamente para cada una de ellas. Sí, una especie de utopía hace diez años y que sin embargo, a día de hoy, se ha convertido en realidad.
El motor llegaría solo a Mac en principio y se presentaría en dos versiones, Indie y Profesional. La primera representaba un punto de acceso económico para los pequeños estudios que estaban empezando y no podían permitirse un dispendio considerable, tenía muchas funciones y su precio empezaba en 300 dólares. La versión Pro, de 1.500 dólares de coste, traía todas las funciones del motor. Es importante señalar que incluso en la versión Indie del motor se permitía vender el producto resultante. De momento el motor funcionaba bien pero estaba lejos de ser una alternativa al mismo nivel de los grandes.
En 2008 llegaría el gran salto al aprovechar el lanzamiento del iPhone, la fiebre que desató y la compatibilidad con la plataforma. Un poco más tarde llegaría la versión para Android. El auge de Unity era imparable. En 2009 la compañía dio el espaldarazo definitivo a su estrategia. La versión Indie desaparecía como tal y se convertía en gratuita para todo aquel que quisiera iniciarse en la plataforma. Incluso con esa versión, la gratuita, se permitía distribuir el juego.
La versión actual es compatible con muchísimas plataformas (PC, Mac, Linux, iOS, Android, BlackBerry, PlayStation, Xbox, Wii, Wii U, Web…) y el sueño de desarrollar una sola vez, darle a publicar y olvidarte de problemas está más cerca que nunca. Eso sí, al final nunca es tan fácil como lo pintan y varios días retocando cosas para cada versión los vais a pasar. De todos modos ha sido un avance respecto al modelo de desarrollo de hace unos años…
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